Texto: Eduardo Varas C.
No es que el Batman que ha creado Matt Reeves en su más reciente película sea un “Batman emo”, como han dicho varias personas en redes. Esto por la imagen que Robert Pattinson tiene como Bruce Wayne en los momentos que aparece en pantalla, sobre todo por el peinado que le han dado. Pero insisto, no es así, entenderlo desde esa perspectiva es errar en el diagnóstico.
Porque hay que aceptar algo sobre esta nueva encarnación del Caballero de la Noche en el cine: por primera vez se desdibuja la división entre Wayne y Batman. Más que ser uno que intenta ocultarse en el otro, en esa especie de máquina de ira y de venganza, experta en pelea cuerpo a cuerpo y con todo el dinero del mundo para usar todos los gadgets habidos y por haber, él está todo el tiempo en modo vigilante. Estamos viendo a Batman, con y sin máscara.
Pattinson es retraído como Batman y más que alguien con dolor por la muerte de sus padres, se siente responsable. Esa responsabilidad es la que le permite también gestos de empatía, más allá de ese sentido casi mesiánico de salvar a Gotham, a costa de todo. Incluso de sí mismo. Debe haber algo que no esté bien en su cabeza, desde luego. Y esta vez lo vemos o podemos notar atisbos. Porque no quiere saber nada de lo que debería hacer como el último de los Wayne. Ya no es el playboy, el filántropo, el millonario que cuida su identidad secreta, creando una imagen distinta. Todo eso es cosa del pasado.
Para que Batman funcione debe ser una persona que viva recluida, casi un asceta. Por eso la interpretación de Pattinson funciona de una manera distinta a la que, por ejemplo, funcionó la de Christian Bale en la trilogía del Dark Knight, de Christopher Nolan. Lo de Pattinson es la violencia para acabar con la violencia, porque él lo puede hacer, nadie más. Lo de este Batman es la distancia, para poder estar en el lugar preciso.
El héroe detective
A esta altura del partido, Matt Reeves ha demostrado con creces que no solo es un director decente y que sabe del oficio. Es, sin lugar a dudas, un realizador capaz de comprender lo que cada proyecto necesita y dotarlo de una energía y estética particular. No importa las relaciones y comparaciones que se puedan hacer, porque fuera de eso, hay una identidad clara.
Y en “The Batman” decide acercarse muchísimo al David Fincher de “Seven” y de “Zodiac”, tanto en la estética —casi siempre llueve, por ejemplo—, como por el tipo de villano al que Batman se enfrenta esta vez —Paul Dano como The Riddler es excelente casi en la totalidad del filme— y por la dinámica entre dos compañeros que están investigando quién está matando a personas importantes de Gotham, dejando pistas para Batman. Sí, este es una de los componentes estructurales del filme y tiene a Jim Gordon —¿hay algún papel que Jeffrey Wright haga mal?– como el colega del más grande detective del mundo.
Es que rescatar de manera clara esta característica de Batman es uno de los mayores logros del filme. Y no es que antes no estuviera presente—en las películas de Nolan se puede ver algo de esto—, pero aquí es una de sus fuerzas absolutas.
Entonces, este Batman joven —Wayne lleva dos años saliendo a detener criminales— debe desentrañar el misterio detrás de los asesinatos y cómo la labor de este asesino serial se conecta con su historia familiar. Todo va a tener respuesta. Pero también tendrá que lidiar con su rol en estos crímenes y con la presencia de Selina Kyle / Catwoman —Zöe Kravitz—, quien busca, por su parte, respuestas propias en medio de los crímenes.
Una película bien hecha
Reeves regala al espectador impactantes secuencias de acción. Aquella con el nuevo batimóvil es simplemente emocionante. Y ni hablar de cuando escapa por todo lo alto de varios policías que lo requieren. Batman pelea cuerpo a cuerpo, sabe cómo golpear y recibir golpes. Su traje lo defiende contra balas, no imposta la voz, sufre, puede ser herido y necesita ayuda. Todo está mucho más aterrizado esta vez. No hay fantasía de por medio, no hay invasiones extraterrestres, ni un conjunto de villanos que quieren destruir la ciudad por algún juramento de años.
Hay un ser humano que toma una decisión y la lleva hasta el final.
“The Batman” tiene un gran inicio y un segundo acto casi perfecto, sobre todo por el tono de desamparo. Sin embargo, flaquea en el desenlace porque no puede dejar de lado que se trata de una película de superhéroes y si bien muchas de las “revelaciones” se ven llegar a kilómetros de distancia, Reeves no deja de sorprender. Esto pone en evidencia que la película fue hecha con ganas, con sentido y comprensión de que, en el cine, el artificio es lo que funciona.
Como funciona Colin Farrell como El Pingüino. Simplemente espectacular.
“The Batman”
Dir: Matt Reeves
Guion: Peter Craig
Elenco: Robert Pattinson, Zoë Kravitz, Paul Dano, Jeffrey Wright, John Turturro, Andy Serkis y Colin Ferrell.
Warner Bros. Pictures, 2021