Texto: Eduardo Varas C.
Es como si fuera una especie de «Hamlet», de William Shakespeare. Un hombre mata a su hermano, el rey, para tomar su puesto. El hijo del rey lo ve todo y consigue escapar. Antes del crimen, el padre y el hijo han sido parte de un ritual que les ha permitido entender la importancia del reinado, de la herencia, del devenir y el poder.
El hijo del rey se llama Amleth, por si no queremos aceptar la relación con la obra del dramaturgo inglés. Sin embargo, la trampa está ahí: el director y coguionista, Robert Eggers, ha tomado la leyenda de Amleth, de Saxo Grammaticus, que se supone es la base de Hamlet. En «The Northman» todo juega a dar una idea de lo que no es. Ese es su motor.
En el filme de Robert Eggers no hay un fantasma del padre pidiendo la venganza. Hay todo un imaginario de seres fantásticos y tenebrosos que están ahí para recordarle al Amleth adulto —Alexander Skarsgård— que él tiene que vengar su sangre, que ese es su destino. Y él, criado por vikingos para ser un berserker, un luchador que con furia se convertía en fuerza de choque para atacar poblados y arrasarlos, no tendrá más remedio.
Entonces, su destino lo llama y la película se centra en cumplir los designios que, por diversas fuerzas, han sido ya definidos. La trama de la película está contada en los primeros 30 minutos.
El canto de la venganza
¿Qué es lo que hace de Robert Eggers un cineasta particular? Tiene un estilo que se mueve por al menos tres niveles identificables. El primero tiene que ver con la contención de la historia en espacios definidos. Ya sea un bosque y una casa en el siglo XVII —como en «The Witch», su debut de 2015—; o una isla con un faro —como en «The Lighthouse», de 2019—.
Un segundo nivel es el hecho de que en sus historias hay un poder superior, sobrenatural, que acecha a sus personajes. Y el tercero es que el sentido de tragedia es lo que determina el recorrido en sus filmes.
Si bien «The Northman» escapa de cierta forma al cine de horror que Eggers hizo en sus dos anteriores trabajo —porque se lo asume como un thriller histórico—, elementos del horror están ahí. Es algo que él no puede abandonar. La sangre, lo grotesco de ciertas muertes y la violencia son características que se elevan aquí.
Porque Eggers sabe que toda venganza, peor en ese universo, a inicios del siglo IX, va a ser violenta. Y tomará su tiempo. Por eso es que el ritmo es particular y las decisiones que se toman pueden transformarse en inmediatamente lo opuesto. La tragedia en «The Northman» es la incapacidad de huir del destino.
Todo está contenido
Con esa incapacidad llega otro elemento importante en la película y es que Eggers, si bien se enfoca en el cine de época, esta etapa que cuenta está contenida. «The Northman» es quizás su filme más ambicioso hasta ahora, pero eso no significa que sea gigante. Su sentido épico es una de sus mejores trampas. Porque ese universo vikingo en el que ubica todo es contado, pero no en su esplendor. En muchos momentos, la trama parece asemejar a algo más cercano a una representación teatral, tanto por los escenarios y espacios, como por los diálogos.
Y en ese movimiento constante entre los grandes planos generales —donde se ven a las figuras diminutas— y esos momentos constantes de intimidad entre dos personajes, el filme va saltando y queriendo insinuar que esto es mayúsculo, pero resulta pequeño. El tío al que Amleth quiere matar —Fjölnir, interpretado por Claes Bang— ya no es la cabeza del reino del que él salió.
Ahora manda en una tierra en otro territorio, el suyo ha sido conquistado por otro rey. Las magnitudes se reducen.
En un mundo en el que existen series como «Vikings» y «Vikings: Valhalla», Eggers no se mueve en ese terreno. Lo suyo es personal, es reducido, pequeño. Las grandes batallas no existen —salvo una, a los 20 minutos del metraje—, porque estas batallas son solo una y es personal: pequeña y reducida. El Amleth de Skarsgård es la furia contenida en la mayor parte del metraje, sus gestos son pequeños, reducidos, salvo cuando ataca, que es una bestia que no puede detenerse.
Pero Eggers —que escribe el guion con el poeta y escritor islandés Sjón— hace un giro tras otro. Amleth pasa por muchos espacios emocionales y, si bien a veces puede ser predecible —como lo que pasa con su madre, interpretada por Nicole Kidman—, no importa que podamos anticipar temas y acciones. Lo único que interesa es que el camino del héroe es el del dolor y de la violencia, porque no hay más remedio.
Siempre se es un objeto a disposición de unas fuerzas que no se logran conocer del todo.
«The Northman»
Dir: Robert Eggers
Guion: Robert Eggers y Sjón
Elenco: Alexander Skarsgård, Anya Taylor-Joy, Nicole Kidman, Willem Dafoe, Claes Bang, Ethan Hawke, Björk.
Universal Pictures, 2022